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Implicación de los Vehículos Pesados.

  Los conductores profesionales estan obligados a recorrer miles de kilómetros. Es una profesión que implica cierto riesgo por que está expuesta al tráfico. La accidentalidad asociada a los transportes profesionales (camiones, autobuses y furgonetas principalmente) es un tema importante ya que relaciona dos temas muy importantes, la seguridad vial y la seguridad en el trabajo.

  Cuando hablamos de conductores profesionales estamos haciendo referencia a un coletivo que estadisticamente, no presenta un índice de accidentalidad muy elevado ya que suple con la experiencia y el conocimiento del medio esa gran exposición al riesgo. Sin embargo, siempre hablamos de una siniestralidad con importantes consecuencias sociales y económicas.

  No debemos olvidar que se trata de una actividad laboral regulada, con vehículos que en su gran mayoría tienen que llevar instalados un limitador de velocidad que impida superar la velocidad permitida.

  Se realizan controles frecuentes, sobre todo aquellos que tienen que ver con el cumplimiento de los tiempos de conducción y descanso y con el uso del aparato de control de los mismos.

  Generalmente los conductores profesionales se encuentran frecuentemente sometidos a toda una serie de situaciones que influyen negativamente en su actividad laboral.

LOS VEHÍCULOS DE TRANSPORTE DE MERCANCÍAS Y PASAJEROS

  La necesidad de cumplir determinados horarios, la fatiga que produce estar siempre atentos a la conducción, hacer frente a imprevistos que alteran el desarrolo del viaje o las diferentes condiciones climatológicas son algunos de los diferentes factores que pueden dar lugar una situación de ansiedad en el conductor y a su vez provocar el accidente.

  La intervención en accidentes de tráfico es la principal causa de siniestralidad laboral para los trabajadores del transporte. Las estadísticas citadas elaboradas por la Dirección General de Tráfico, reflejan la importancia de este problema y su persistencia a lo largo de los años.

  En año 2005 se contabilizaron un total de 411 muertos y 11.107 conductores y pasajeros de autobuses y de vehículos de transporte de mercancías (furgonetas y camiones) heridos.

  Si hacemos referencia al transporte de personas, no cabe duda de lo trágico de este tipo de accidentes debido al elevado número de víctimas que se pueden llegar a producir por la alta ocupación de estos vehículos, aun así los datos sitúan al autobús como uno de los medios más seguros, sólo superado ligeramente por el avión.

  Menos del 1% de las víctimas de accidente son pasajeros de autobús, porcentaje que se reduce al 0,035% para el transporte escolar donde, más del 90% de los accidentes no están provocados por la circulación del vehículo, sino que tienen lugar durante la bajada y subida de los escolares y en el cruce de calzadas.

  Las consecuencias de un accidente en el que está implicado un vehículo pesado son, debido precisamente a las características de estos vehículos y a su carga, generamente mucho más graves para el propio conductor y para los otros vehículos que cuando se trata de turismos.
  Hay un mayor número de fallecimientos de las víctimas, además de las cuantiosas pérdidas económicas que producen con estos siniestros.

  Aunque el vuelco parece el accidente más característico de los vehículos pesados, son las colisiones entre vehículos (frontales y laterales) junto con los alcances el tipo más frecuente de accidente, seguidos de las salidas de la calzada, las distracciónes y las infracciones de las normas. Los vehículos pesados suelen tener los accidentes mayoritariamente en las vías convencionales y en menor medida en las autovías, mientras que los autobuses sufren mayor número de accidentes en las zonas urbanas.


  Considerando exclusivamente los siniestros ocurridos fuera de zonas urbanas, encontramos que en 2005 se produjeron 42.624 accidentes con víctimas (muertos o heridos). De ellos, en 10.455 se registró la participación de uno o varios vehículos de transporte de mercancías o autobuses. El número de vehículos implicados es superior al número de accidentes porque, como es de suponer, en varios accidentes han intervenido más de un vehículo de estas categorías. Con respecto a una distribución temportal, los transportistas profesionales tienen una menor accidentalidad durante el mes de agosto.

  Las investigaciones muestran que la mayoría de los conductores profesionales no estaban realizando ningún tipo de maniobra peligrosa cuando sufrieron el accidente, sin embargo las distracciones del conductor están presentes en muchos accidentes en los que participan vehículos de mercancías y autobuses. Para evitar la pérdida de atención es preciso que los conductores realicen los descansos reglamentarios, que no hagan comidas pesadas durante el trayecto, que no beban alcohol, no hay que conducir bajo los efectos de fármacos o cualquier otra sustancia que disminuya las capacidades básicas para la conducción y mientras se conduce no se debe hablar por el teléfono móvil (sólo con el manos libres, aun así hemos de ser precavidos) ni manipular el GPS con el vehículo en marcha además al gps no se le deve hacer siempe caso al 100% debiendo tener especial antención a la señalización de la via y, si incorpora un selector de vehículos elejir el apropiado para usar el navegador con la mayor seguridad posible, no es lo mismo entrar por una entrada con un camión que con un turismo ya que puede no caber, obviamente.

Dinámica de un impacto y consecuencias

Todos conocemos ya las gravísimas consecuencias que pueden llegar a tener los accidentes de tráfico para los ocupantes de los vehículos implicados y para los peatones. (lo que se conoce como dinámica del accidente) es, por norma general, algo aún bastante desconocido.

  Es necesario conocer qué tipos de lesiones se producen con mayor frecuencia, cómo se producen, que estructuras o elementos del vehículo tienen que ver con un mayor daño, cómo influye el comportamiento del conductor para que las lesiones puedan ser más o menos graves, y desde luego es importantísimo saber todo aquello que podemos hacer nosotros para que los daños que se puedan producir durante un siniestro sean mínimos.

  No todos saben que las fuerzas que se desarrollan durante un accidente son de gran magnitud. 

Cualquier obejto en movimiento acumula energía, por o tanto, los vehículos que circulan también. Cuanta mayor sea la velocidad a la que se desplazan, mayor será la energía que se acumula (la energía es proporcional a la masa y al cuadrado de la velocidad). En un accidente de tráfico las principales consecuencias que se producen por la colisión pueden explicarse sobre la base de la energía que se libera en el momento en el cual el vehículo sufre el impacto.


  Cuando vamos circulando y deseamos detener o disminuir la velocidad de nuestro vehículo, la energía que se ha acumulado durante el movimiento se transforma en otro tipo de energía (por ejemplo el calor en los discos de frenado o en las ruedas), ya que no debemos olvidar que: la energía ni se crea ni se destruye, sino que se transforma, y en el caso de un impacto, la energía se transforma en presión sobre la estructura de los objetos que colisionan.

  En caso de impacto, los cuerpos de los ocupantes dentro del vehículo también acumulan energía con el movimiento, y es entonces cuando diversos elementos de seguridad pasiva (cinturon, airbag...) absoberán parte de esa energía que hará que la deceleración brusca lance los cuerpos contra las partes rígidas del habitáculo; la energía que no absorban los elementos de seguridad la absorberan los cuerpos en el impacto.

Nota: La energía acumulada depende de dos variables, la primera es la masa del vehículo (es por ello que el impacto de un vehículo pesado, camión o autobús, causa mayores daños en el de, por ejemplo un turismo), y la segunda variable es la velocidad (a mayor velocidad mayor energía).

  Aunque los accidentes de tráfico suelen ocurrir muy rápidamente, no es algo instantáneo.

  Es por ello que pueden diferenciarse una serie de elementos que ocurren de forma correlativa hasta producirse el siniestro.

Las tres fases de un accidente:

  • FASE DE PERCEPCIÓN: los sujetos implicados pueden llegar a detectar la situación o situaciones anormales que pueden dar lugar a un accidente. La persona con capacidad de decisión (conductor o peatón) puede ser plenamente consciente de la inminencia del impacto.
  • FASE DE DECISIÓN: las personas implicadas con capacidad de decisión (conductor o peatón) son capaces de reaccionar ante las circunstancias anómalas y pueden realizar alguna "maniobra de evasión" dirigida a evitar el accidente o minimizar sus efectos. Las maniobras de evasión pueden ser pasivas o activas. Maniobras pasivas son cuando se pretende provocar una actuación en otro u otros implicados, por ejemplo accionar el claxon o lanza ráfagas con el alumbrado del vehículo y maniobras activas son las realizadas por los sujeto para evitar el impacto, por ejemplo frenar el vehículo o girar la dirección. El tiempo de reaccion es el tiempo que transcrurre desde que percibimos la situación anómala hasta que actuamos, y puede variar en función de factores tales como la edad y el estado físico o psíquico de la persona. Se suele considerar normal un tiempo de reacción de unos 0,75 segundos.
  • FASE DE IMPACTO: Cuando, tras la fase de decisión, el accidente ocurre inevitablemente produciéndose una colisión. En el accidente influye de forma directa la dirección que lleva el vehículo o vehículos implicado y la maniobra de evasión que se realiza.

Tipos de impacto en un accidente de tráfico:

  • Impacto vehicular: cuando el vehículo colisiona contra otro vehículo u objeto, ya sea fijo o móvil.
  • Impacto externo-corporal: ocurre cuando los ocupantes del vehículo son lanzados contra la estructura interior del vehículo, parabrisas, volante, salpicadero....(en caso de no salir despedios).
  • Impacto interno-corporal: como consecuencia de los impactos anteriores, se produce este tercero en el que los órganos internos de los ocupantes del vehículo (cerebro, corazón, hígado, bazo,....) impactan contra las estructuras óseas de sus cuerpos (cráneo, esternón, costillas, la espina dorsal, la pelvis,...) y entre sí.
  • Y hay un cuarto impacto, que es el producido por lo objetos no fijos del interior del vehículo contra los ocupantes del mismo.
  En cualquier accidente pueden diferenciarse tres maneras en las que los ocupantes del vehículo pueden resultar lesionados, son los llamados "mecanismos lesionales":

  Mecanismos directos: cuando las lesiones que se sufren en el cuerpo son por impactos directos contra diferentes partes del vehículo (volante, salpicadero, parabrisas,...) también pueden deberse a impactos producidos por objetos que están en el interior del vehículo (libros, bolsos, carteras,...), y en el caso de que el cuerpo del ocupante del vehículo salga proyectado al exterior por obstáculos de la vía o el suelo.


  Mecanismos indirectos: están relacionados con los procesos de aceleración y desaceleración que se producen durante el accidente, aumentando el peso de los diferentes órganos y regiones corporales, lo que da lugar a lesiones por desgarro y estallido cuando estos impactan contra las estructuras óseas.

  Mecanismos mixtos: tienden a producirse en los vuelcos, caídas por precipicios, giros importantes del vehículo, .... dando lugar a una combinación entre los mecanismos lesionales directos e indirectos.

LESIONES

  Se considera que las lesiones son más graves cuando se produce un choque lateral que cuando tiene lugar un choque frontal, ya que el cuerpo del ocupante del vehículo está más próximo a las estructuras internas  del vehículo directamente deformadas por el siniestro.


  Los mecanismos de lesión más importantes que se pueden llegar a producir en un accidente de tráfico serían:
  1. Flexión (fracturas).
  2. Extensión (fracturas y luxaciones).
  3. Tracción (desgarros de todo tipo).
  4. Compresión (fracturas o lesiones cervicales).
  5. Torsión.
  Las lesiones que se pueden llegar a producir en un accidente son múltiples y van a depender de la zona afectada, siendo las más habituales cabeza, columna vertebral, tórax, abdomen y lesiones en los miembros superiores e inferiores.

  Las lesiones más habituales sufridas en la cabeza como consecuencia de los accidentes son:
  • Las fracturas de cráneo o traumatismo craneoencefálico, que agravan la posibilidad de sufrir hematomas intracraneales. Las fracturas con hundimiento favorecen las lesiones en la masa cerebral.
  • Fracturas faciales, que producen lesiones a nivel funcional ( por ejemplo, problemas para masticar) o estético (deformidad facial). Las mujeres y los mayores son más sensibles ya que la resistencia de sus huesos es menor.
  • Lesiones intracraneales, que puesen ser lesiones focales (hematomas, hemorragias, contusiones...), lesiones difusas (conmoción) y lesion axonal difusa (más grave ya que implica lesión neuronal).
  En España, el 70% de los traumatismos creaneoencefálicos se producen por accidente de tráfico.
  Las lesiones en la columna vertebral destacan por el llamado esguince cervical, que hace referencia a los movimientos realizados por el cuello tras un golpe posterior (alcance trasero) con una hiperflexión (la cabeza del ocupante del vehículo sigue al tronco) de la columna cervical.


  En España los accidentes de tráfico constituyen la primera causa de lesión medular.

  Aproximadamente el 40% de estas lesiones suponen tetraplejia (lesión a la altura del cuello, lo que implica pérdida de funciones motoras en todas las extremidades y el tronco) y el 60% paraplejia (la lesión se produce entre el cuello y la cintura, produciéndose pérdida de capacidad motora en las extremidades inferiores).

  Los últimos datos hacen referencia a 500 nuevos casos de paraplejia en nuestro país por accidentes de tráfico, y el 75% de estos se producen entre jóvenes.

 Cuando las lesiones de la columna se producen a niveles altos (entre las vértebras cervicales C4 a C7) puede dar lugar a una muerte inmediata por parada respiratoria.

 Cuando se producen lesiones en el tórax el principal problema deriva de los efectos de la deceleración sobre las vísceras y los grandes vasos sanguíneos, ya que no tienen la misma resistencia que otras estructuras más rígidas. Por esta causa, el tórax es la segunda zona del cuerpo que más se lesiona en los siniestros de tráfico sin cinturón de seguridad y la tercera en los accidentes con cinturón.

  Las lesiones en cualquier parte del abdomen pueden provocar daños en cualquiera de los órganos internos que en él se encuentran. El hígado y el bazo son órganos abdominales extremadamente delicados y vulnerables. El abdomen es una parte del cuerpo especialmente delicada en las personas obesas, en las de talla baja y en las mujeres.


  Las lesiones en los miembros superiores e inferiores suelen consistir en la fractura de alguno o varios de sus huesos. en los miembros superiores contamos con el húmero, el cúbito o el radio, y en los inferiores están, la pelvis, el coxis, el fémur, la rodilla, la tibia o el peroné.

   Las lesiones que se pueden llegar a producir en un accidente de tráfico pueden llegar a variar en función del tipo de siniestro que se sufre.


COLISIONES

  Cuando se produce una colisión frontal, los ocupantes del vehículo son proyectados hacia adelante si no llevan puestos los cinturones de seguridad y su movimiento no finalizará hasta que impacten con algún elmento rígido lo suficientemente fuerte o pueden salir proyectados al exterior si dicho elemento cede.


  Si se está utilizando el cinturón de seguridad, el movimiento de los ocupantes puede ser hacia arriba proyectándose la cabeza hacia delante y absorbiéndose la energía del impacto sobre todo por la columna vertebral (son características las lesiones cervicales y medulares de diverso tipo) o hacia abajo, hundiéndose en el asiento y recibiendo el impacto principal en las piernas (rodillas, fémur, cadera), pudiendo después golpear con la cabeza en el volante, en el salpicadero e incluso contra el marco interno del parabrisas (las fracturas y traumatismos craneoencefálicos son las lesiones más comunes en este caso) y también se pueden producir lesiones por la presión de los pedales o por deformación del panel en el que reposan los pies (pies y tobillos).

  Cuando se produce una colisión por alcance, la energía del impacto lanza a los ocupantes del vehículo hacia atrás como consecuencia de la aceleración brusca del vehículo. (En la imagen el vehículo que va delante)


   La lesión más característica en este tipo de accidente es el esguince cervical, ya que se produce una extensión brusca de los músculos del cuello por no poder seguir a la cabeza en la trayectoria del cuerpo a causa del impacto.


  En caso de vuelco, si los ocupantes no utilizan el cinturón de seguridad quedan a merced de los movimientos del vehículo y pueden llegar a golpearse con cualquiera de sus partes internas o con otros ocupantes, además de existir el grave riesgo de salir despedido.

  En estos accidentes las lesiones suelen ser más graves en general ya que los movimientos son múltiples y violentos, pudiendo producirse contusiones en cualquier parte del cuerpo por golpes contra la parte interna del habitáculo, y pudiendo producirse también lesiones en la columna vertebral.

  La velocidad del vehículo y las condiciones de la vía inciden directamente en las vueltas que pueda dar el mismo y, por lo tanto, en la gravedad del accidente.

  Cuando el accidente es una colisión lateral las consecuencias suelen ser más graves que en el choque frontal ya que los cuerpos de los ocupantes están más cercanos a las estructuras rígidas del habitáculo del vehículo pudiendo estas provocar lesiones, y también están más cerca de los vehículos que impactan contra el suyo. Las lesiones más comunes en este tipo de accidente son los golpes en el tórax, contusiones en pulmones, corazón, lesiones en las costillas....

  En este tipo de siniestros, la incorporación de barras de protección lateral o de airbags laterales es un elemento que puede determinar la posible gravedad de las lesiones. Numerosos estudios han demostrado que en caso de salir proyectado fuera del vehículo en caso de accidente la probabilidad de sobrevivir es mucho menor que si permanecemos dentro.


Tipos de lesiones en un atropello:
  • Impacto del parachoques del vehículo contra las extremidades inferiores del sujeto. Si el vehículo frena, el punto de impacto desciende unos centímetros.
  • Caída al suelo del peatón, pudiendo producirse fracturas de diversos tipos según la posición de la caída.
  • Aplastamiento de miembros u otra parte del cuerpo del atropellado por la presión que ejerce el vehículo al pasar por encima.
Cuando se trata de vehículos pesados estas lesiones son más graves.


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